Y porque esta verdad es irreversible, estamos en la denuncia.
Denunciamos todo aquello que contamina el ecosistema natural, devasta el ambiente y coarta el equilibrio ecológico.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo el año 1972, se llegó a una serie de «principios» capaces de preservar y mejorar dicho medio:
«Debe ponerse fin a la descarga de sustancias tóxicas o de otras materias, para que no causen daños graves o irreparables a los ecosistemas. Debe apoyarse la lucha justa de los pueblos contra la contaminación.»
Principios que hasta hoy han quedado únicamente como principios, sin una auténtica toma de conciencia, capaz de promover el verdadero cambio.
Por contra, centrales nucleares, plaguicidas, contaminación radioactiva, atmosférica, alimenticia y marítima, aparecen diariamente en mayores proporciones, avaladas por una revolución industrial que desde el siglo XIX ha venido alterando las relaciones entre el hombre y el medio ambiente.
Luchar contra todo ello, es enfrentarse a una auténtica batalla con el sistema capitalista, verdadero culpable de esta destrucción sistemática.
Desde el «Manifiesto para la supervivencia», hasta los Movimientos de Acción Ecológica, en todo el planeta han surgido gentes concienciadas, dispuestas a participar en esta lucha anticontaminante.
En ella, está también la obra pictórica de Javier Puértolas, aragonés nacido en Binéfar y afincado en Barcelona, cuya labor artística incide «irrespetuosamente» en el tema, a golpe de pinceladas antinucleares, de verdadero impacto.
Porque esta lucha debería ser común a todos nosotros, interesados en la supervivencia del planeta tierra, debemos ver la obra de Javier Puértolas, con los ojos del corazón y la aprobación en los labios.
Rene Dubois
Raí Ferrer