Conozco a Javier Puértolas desde que me incorporé al Instituto de Binéfar, en 1971. Eran tiempos en que los dos, de alguna manera, .comenzábamos a tomar conciencia, desde plataformas distintas, de la problemática cultural en general y de la de Binéfar en particular, con todo lo qué esto conlleva.
Javier, oriundo de Binéfar, nació el 22 de mayo de 1947. Hijo de obrero», realizó un considerable esfuerzo para cursar sus estudios en la Escuela Massana, de Barcelona (dibujo, grabado, serigrafía…) Por allí sigue trabajando.
¿Es un emigrante de tantos? Creo qué sí. Y este hecho ha configurado poderosamente su pin¬tura. Ha conocido los problemas de los aragoneses en Cataluña. Ha convivido con ellos, ha colaborado en sus realizaciones (basta ver la portada del número uno de la revista «Secano», esa magnífica creación titulada «Barras y estrellas»). Ha vivido la noche de Aragón en y desde Cataluña. Y así lo ha representado y representa, en toda su dramática plenitud. Su producción es «el reflejo de Una toma de posición personal»: a través de lo matérico, lo gráfico, lo simbólico, lo signico… nos habla de las bases americanas en Aragón, de las centrales nucleares… Nos ayuda a ver, a sentir… Al menos, así lo interpreto yo.
Junto a esta temática, específicamente aragonesa, su preocupación por el individuo y las colectividades en general. Basten como muestra los sucesos de Vitoria, el Euzkadi actual, los terribles problemas ecológicos…
Ahora bien. No es la suya una pintura panfletaria, partidista, en el sentido pedestre de la palabra. Sin concesiones, Puértolas denuncia, nos grita hasta el agota¬miento. Su arte llega, pero no con sospechosa facilidad. No infravalora a aquellos a los que se di¬rige, la opinión no especializada. Su arte, que quiere ser popular, no deja oportunidad a la improvisación, a la técnica deficiente… Si lo hiciera así, habría que hablar de paternalismo, de estafa en una palabra. El autor nos in¬vita a la reflexión, tal vez a algo más.
No es Javier Puértolas un artista inclinado a teorizar sobre sus obras, diría que incluso lo rehuye. Están allí y cada cual saca conclusiones. La lectura de las mismas requiere el conocimiento de algunos significantes que se repiten, si bien no basta con ,su simple interpretación, pues el auténtico sentido se obtiene con un análisis en profundidad.
A partir de 1976 abandona casi por completo el informalismomatérico… entrando lo «figurativo», lo gráfico-compositivo, la expresión esquematizada de la idea, y elementos concretos proclives a una lectura conceptual y signica. (Comentario orifico de un? de sus exposiciones).
Javier es un profesional honesto. Sabe bien el ambiente en el que se mueve, dónde están las trampas. Lo fácil que es bastardearse. Espera pacientemente. Ha participado en un buen número dé exposiciones (individuales unas, colectivas otras). Sin embargo, en Aragón, es prácticamente un desconocido.
Fernando ELBOJ BROTO
El Periódico de Huesca